La diferencia entre lástima y compasión

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36). En nuestros días, ante la mezcolanza producto de las grandes urbes, abunda la lástima como sentimiento falsamente mitigante de la responsabilidad y escasea la compasión por los necesitados de todo tipo. Algunas veces, al observar a los integrantes de tribus urbanas pelearse entre ellos, o ser engañados por una identidad y pertenencia muchas veces ilusorias, sentimos lástima de ellos. Pero esa nunca fue la actitud de Jesús ante los que sufren.

A Jesús se le conmovieron las entrañas al ver a la gente desamparada y perdida. Cuando sentimos compasión, podemos “ponernos en los zapatos” de la otra persona y experimentar lo que siente, podemos empatizar con ellos.


La palabra compasión viene del griego splagchnon y se usaba para describir lo que hoy llamamos “entrañas”. Para los griegos, las entrañas representaban el centro de las pasiones más radicales, como el enojo o el amor.[i]
Para ilustrar mejor el contraste entre lástima y compasión, veamos el pasaje en que Dios reprende a Jonás, casi al final de su misión. Él le dice en forma directa: “¿Tuviste tú lástima de la calabacera, en la que no trabajaste, ni la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció? ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella ciudad en donde hay más de ciento veinte mil personas…?” (Jonás 3:10-11).

Es que hay un ingrediente activo en la compasión y es ser movidos a la acción. La lástima nace y muere en las emociones; la compasión surge del espíritu.
La lástima es pasiva; mira y dice: “Uy, pobrecito, cómo está sufriendo”. La compasión toma cartas en el asunto. Siempre que Jesús tuvo compasión hizo algo al respecto:

- Tuvo compasión de la viuda de Naín (Lucas 7:13) y resucitó al muerto.
- Se compadeció de los ciegos (Mateo 20:34) y les sanó la vista.
- Tuvo compasión de los que le seguían en el desierto y tenían hambre (Marcos 8:2) y les multiplicó los panes y peces para darles de comer.
- Vio a una gran multitud y tuvo compasión (Mateo 14:14) y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
- Relató la parábola de un amo cuyos siervos le debían dinero (Mateo 18:27) y fue movido a misericordia perdonándoles la deuda.


Siempre el sentimiento va ligado a una acción. La compasión no es estéril, produce frutos.
¿Y qué más diremos? La lástima tiene como centro al hombre, pero la compasión se centra en Dios y en su poder para solucionar la situación. La lástima no ofrece muchas esperanzas, como si la persona estuviera desahuciada, mas la compasión ve la posibilidad de un milagro en Dios. La lástima rebaja al otro, lo percibe inferior, pero la compasión dignifica y exalta el potencial que se halla en el otro una vez superado el obstáculo.


Por todas estas causas, cada vez que veamos una multitud desamparada de integrantes de tribus urbanas, seamos movidos a compasión y no a lástima. A misericordia y no a juicio. “¿Qué quieres que te haga?” ofrecería el Señor. ¿Qué es lo que precisan esos jóvenes de nosotros como intercesores ante Dios? ¿Cuáles son sus necesidades físicas y espirituales?
Busquemos el conocimiento revelador del Padre, para detectar la necesidad. Pidamos el corazón de Jesús, para sentir compasión y actuar en consecuencia. Anhelemos el poder de su Espíritu, para hacer posible lo imposible.






[i] Junior Zapata, “Generaciones de carácter”, disponible en http://www.acsilat.org/resorces/pdf/fgdc/generacaracter.pdf accesado el 14 de julio de 2007.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No nos cansemos de movilizar a verdadera compasión. No dejemos de levantar nuestra voz para sensibilizar los corazones de nuestro pueblo, que parece endurecido a pesar de ser salvo. Todavia hay mucho por transformar. Que permanezcamos en las manos del Alfarero.

Anónimo dijo...

Que buena explicacion sobre la lastima y la compasión. El gadareno marginado en las afueras de su ciudad experimentó la lástima y el temor de los habitantes, pero tambien la compasión de Jesus y sus discípulos, que no solo lo liberaron, sino que tambien lo vistieron. Y se lo devolvieron a la ciudad de Gadara (y otras 10 mas)no reciclado, sino nuevo.
La lástima esclaviza. La compasión libera.
Muy bueno Marijo!!!
Celebro por cada zelote, o nazareo escondido detras de una subcultura juvenil!!!

liliana dijo...

muy buena la explicaciòn, celebro con vos por las vendas que se caen y por las personas que son libres a traves de un mensaje de amor.que Dios te siga bendiciendo como hasta ahora.

Anónimo dijo...

hay muchos parecidos que nos engañna, pero que aunque se pongan un disfraz no son lo mismo, lástima y compasión, culpa y arrepentimiento, compromiso con Dios y Religión, etc.
Jesús siempre demostró compasión por quienes lo seguian, y eso lo llevo siempre a actuar, no fue una "lástima" muda, sino algo que lo llevó a actuar. Dios quiera que los cristianos incorporemos ese mensaje, y aprendamos a vivirlo.